A menudo en salidas de varios días me pasa que creo haber registrado una especie y luego revisando las fotos en detalle en la pantalla de la compu resulta ser otra.
Con la Dormilona Ceja Blanca nos pasó eso; convencidos que teníamos fotos de la dormilona gris, así nos volvimos de Tafí del Valle.
Al otro día avisa Pablo que luego de revisar las fotos para él era la ceja blanca la registrada, y efectivamente estaba en lo cierto, son parecidas de lejos pero la foto no miente.
Eso renueva mi duda de que tan certeras pueden ser a veces las listas subidas a los sitios especializados, sin ninguna evidencia mas que lo que dice el observador.
Entiendo que hay mucha gente que son capos en esta disciplina, pero nadie es infalible.
Nuestros sentidos nos engañan más de lo que creemos, nuestra memoria es limitada, por eso creo que debemos darle cada vez mas peso al uso de registros fotográficos o sonoros.
Comparto esta reflexión, pues además del arte en si misma, nuestras fotos de naturaleza son documento gráfico de la distribución y presencia de especies en cada lugar que visitamos.
A mano alzada, recorte para acercar y revelado en Lightroom.
Muchas gracias por sus comentarios, saludos!