Un joven guaraní se encuentra conmigo por casualidad en la selva misionera. Es un adolescente de la comunidad guaraní que vive en una porción de 600 hectáreas de selva. Lleva pelo largo y anda descalzo pero vestido de camisa y pantalón. También lleva un celular y me pide que le tome una foto con su teléfono. Él se sienta en un tronco y yo le tomo la foto. Sonríe constantemente, me agradece y se pierde entre los senderos de tierra.
Viajar 1300 kilómetros para encontrarme con ese muchacho fue una de las mejores cosas que me han pasado.
Nikon D7100 + 35mm 1.8
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