Hace años que pensaba en un momento así. Uno lo imagina, lo piensa, lo sueña, pero siempre se vuelve con "las ganas" por así decirlo.
Y un día se te da...
No suelo llevar la cámara al trabajo, pero ese día la cargué porque no quería dejarla en la camioneta por miedo a un robo. La pase a la camioneta del trabajo, pero nunca pensé que podría llegar a encontrar ese sueño que uno sueña una y otra vez...
Al doblar una curva, dos cachorros corriendo en el pastizal, giro la cabeza hacia atrás de mi y ahí estaba ella. Una madre protectora, atenta y muy linda...
En segundos comenzaron a alejarse, a tranco rápido para tomar distancia de nosotros, luego bajaron el ritmo sabiéndose tranquilos de que no éramos amenaza.
Frenamos, tomé la cámara y le dije a mi compañera, tengo que seguirlos, no se me va a presentar nunca más una oportunidad así...
Si te comen es tu culpa me dijo, y solo me quedo responderle que debía correr el riesgo.
Fui cauteloso y manteniéndolos a la vista, lance algunas fotos de registro ya que lo que veía era memorable.
En un momento los tres felinos cruzaron una loma de piedra y descendieron perdiendolos de vista.
Avance hasta esa loma y al asomar, me encontré a ella, quien giró su cuerpo apuntándo hacia mí y me clavó la mirada como avisandome que hasta ahi era mi andar. El mensaje me fue claro, pero no por el tono agresivo o intimidante de la mirada, sino porque la sensación de gratitud que me invadió fue tan grande que note que hasta ahí debía llegar... dispare unas fotos a esa mirada y me senté para observarlos a la distancia. Ella emprendió su camino y los perdí de vista...
Lo que mis ojos vieron fue un mundo de cosas. Una nueva generación naciendo, una generación que crecería dentro de un área protegida, suponiendo así su continuidad en el planeta. Una naturaleza viva, vigorosa y sana.
Volví a la camioneta y decidí acostarme un rato a meditar lo vivido... a fin de cuentas para ver esas cosas es que trabajo en esto, para sentir lo que sentí, y para ser consciente de ello lo mas posible...