Les comparto un retrato de esta ave que me fascina, el Hoatzin, y que pude conocer durante una navegación por el ambiente de várzea en cercanías de Iranduba.
Además de su aspecto prehistórico, llama mucho la atención ese penacho de plumas desordenadas en su cabeza, la cara desnuda de color celeste-azulado, su ojo rojo y el fuerte pico.
Es un ave tan extraña y única que casi se diría que hay que verla para creer.
Afortunadamente, ver el Hoatzin no es difícil, ya que está muy extendido en las tierras bajas del norte y centro de América del Sur, y es bastante común en gran parte de esta región.
A mano alzada, recorte para componer el retrato y revelado en Lr.
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