Del Formigueiro-de-cabeça-preta tengo dos recuerdos, lo complicado para que se quedara quieto para las fotos y las mordidas de las hormigas de la corrección que seguía.
Al igual que el resto de tamnofílidos, aprovechan el paso de este río de hormigas que devoran todo a su paso; provocando que los insectos escondidos entre la hojarasca del suelo huyan y se transformen en presa fácil.
Al internarnos en el sotobosque para buscarlo, manteníamos un ojo puesto en el ave y otro en las hormigas, pero tarde nos dimos cuenta que no formaban una sola columna, sino que estaban por todos lados y en verdad les digo que muerden a través de la ropa con ganas.
Gajes del oficio, para sacarnos el picor, nos dimos mas tarde un chapuzón en una cachoeira que estaba al final del sendero del Parque das Orquídeas, en Presidente Figueiredo.
A mano alzada, poquito recorte para componer y revelado en Lr.
Les agradezco sus comentarios, saludos!