Asi lo encontramos al pichón de Águila Poma que se había caído del nido.
El color blanco de su plumón lo hacía fácilmente visible entre la vegetación del suelo.
Aunque por instinto seguramente permaneciera inmóvil, hubiera sido presa fácil de algún hurón u otro depredador de los tantos que deambulan por la yunga jujeña.
Más allá de su mala fortuna, no hay mal que por bien no venga, al menos para nosotros que tuvimos la oportunidad de fotografiarlo relativamente cerca y a su mismo nivel.
También tuvimos la oportunidad única de ver cómo lo suben nuevamente al nido.
El rescatista viene con una especie de "cañón" de aire comprimido casero, para disparar una línea hasta una horqueta entre el follaje.
A esa línea le ata una soga de escalada y luego, mediante un arnés y poleas, trepa hasta el nido, llevando a la espalda la preciada carga dentro de una mochila.
Toda esta operación es vigilada por los adultos, que a veces suelen atacar al rescatista (lleva casco) una vez que está en lo alto cerca del nido.
Por suerte esta vez, no hubo agresión, tan solo un vuelo rasante del adulto presente.
Terminada la tarea, nos retiramos del lugar todos, para que los padres puedan revisar que su cría está bien y le traigan comida.
Efectivamente cuando regresamos por la tarde, ya le habían traído lo que nos pareció una pava, de l que vimos solo los restos.
Haciendo tumbing o algo así

, cuadro completo y revelado en Lr.
Saludos!