Era una tarde de principios de mayo; no se inmutó. Todo en torno a ella estaba en movimiento, la brisa acunando a los robles, el sol acariciando las orquídeas, mis pies dejándose mimar por la tierra,...Todo giraba a su alrededor en un silencio respetuoso y profundo que emborrachaba cuerpo y alma. Mi alma y su alma, el alma de los guerreros coloreado en sus alas. Por todos los que nos dejan su alma en ellas, por todos los que abren el corazón a sus caricias.
Nikon D 80 , iso 250, f 6,3, tomada el 4 de mayo de 2009 en Garganta la Olla (comarca de la Vera, al norte de la provincia de Cáceres)
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