Amigos de Puerto Deseado me contaron que ya empezaron a llegar los primeros pingüinos magallánicos a la Ría lo que me decidió a dejar un rato la RECS y compartir este retrato de pichoncito de una de las pingüineras locales. La foto es de enero de este año, me gusta por el acercamiento y el detalle de mi reflejo en el ojo. Aunque tal vez esto último le reste como foto "de naturaleza" me parece que muestra lo que se consigue en ese lugar maravilloso: soledad y total contacto con los ejemplares lo que permite mantener hacia ellos el respeto que se merecen.
En fin, el pichón estaba en su nido, con uno de sus padres cerca. Me coloqué detrás de una piedra desde donde tenía una buena visión y no entorpecía el paso de los padres. Los padres se turnan para ir a buscar alimento -para ellos y para los pichones- por lo que hay que cuidar no obstaculizarles el camino (como hace mucha gente en Pta.Tombo) ya que es como que se desorientan, vuelven al nido con el buche vacio y recién entonces re-emprenden el camino. Considerando todo lo que tienen que caminar hasta el mar, buscar los pescados y volver, no es un dato menor.