Amigos, muchas gracias por los comentarios al cabecita austral...
Con el amigo Eddie hicimos una excursión una tarde al sur de Entre Ríos, con el propósito de buscar el tordo amarillo. Mucho calor, cuando en una de las recorridas Eddie divisa una mancha amarilla entre los arbustos. No era uno, sino dos pichones de tordo amarillo que extrañamente sin sus padres cerca buscaban refugio al atardecer. Como imaginarán, doble alegría por haberlos encontrado y por verificar que a pesar de la ausencia de los pastizales de antaño, continúan reproduciéndose. El tímido canto de este juvenil, nos alienta a pensar que su presencia continuará para las generaciones venideras...
El autor solicita sugerencias y crítica constructiva en los comentarios.
Muy buena foto Pepe y excelente registro, tiene una situación muy critica este animal, como muchos otros, y por ello esta foto vale mucho! Ahí en Entre Ríos hay un santuario para estos animales, no se si conoces la Reserva el Potrero de Ramon Moller Jense. Muy buena foto,buen posadero, buena luz, y excelente fondo!
Saludos!
Hermosa foto, es un ave que me quita el sueño, yo envie un e-mail a la Reserva el Potrero y me contestaron que solo dejan entrar a chicos de escuelas en visitas guiadas...