Sin ánimo de aburrir vuelvo a recurrir a la aninga, espero que sepan disculparme por la redundancia.
Conociendo que frecuentemente este ejemplar pesca en el lago y queriendo mejorar la foto obtenida en una jornada pasada, volví al regatas por más.
Sólo hay que encontrarla y esperar para contemplar su magia. Yo lo hice por más de tres horas, pero con la grata compañía de mi esposa y de unos ricos mates la espera se hizo mucho más amena.
Además la expectativa que generó uno de los jóvenes que se lanzó a bucear, aunque sin éxito, distrajo por un momento del constante acecho.
Por suerte poco antes de que la luz se fuera la espera llegó a su fin y pude capturarla en mejores condiciones.
Para quienes todavía no se aburrieron les dejo más fotos en