Tema: El fantasma de la selva


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  07/11/2007 12:48 pmtema inicial  
Fuera de línea Gustavo Fernando Durán
El fantasma de la selva
¡Un cocodrilo a la izquierda!, gritó alguien a bordo del barco. Una señal inequívoca de que estamos en el delta de Sundarbans, una de las mayores reservas de manglares y tigres de Bengala del mundo.

Un ecosistema que alberga más de 270 especies de pájaros, serpientes, macacos, ciervos y delfines, pero que según estimaciones científicas podría desaparecer bajo el agua en las próximas décadas por el cambio climático.

Ésta es la primera incursión por tierra en las profundidades del Sunderbans. El destino: la reserva forestal de Kotka.

Los ciervos corren a esconderse detrás de los manglares al detectar nuestra presencia. Caminamos por un puente de madera. Al final, una docena de guardias armados nos esperan para acompañarnos durante la expedición.

Ciervos y macacos

"Los ciervos y los macacos son muy buenos amigos", me cuenta Abdul Shahid, jefe de los guardias de la reserva.

Desde los árboles, los macacos alertan a los ciervos cuando algún tigre de Bengala se aproxima. Pero no sólo eso. También les lanzan frutos a la tierra, algo que los ciervos no podrían conseguir si no fuera por su ayuda.

Tengo la idea de estar pisando tierra firme. Pero no. Al inclinarme me doy cuenta de que estoy caminando sobre barro. Un barro tan espeso, que en algunas partes parece un pantano.

Y está lleno de cangrejos. Miles de cangrejos mimetizados con el ambiente. Lamentablemente aún no he podido ver serpientes. Son demasiado astutas. Sé que están ahí. Sólo necesito un poco de suerte.

"El fantasma de la selva"

Poco a poco los tigres de Bengala están desapareciendo. Las estimaciones varían, pero expertos calculan que sólo quedan alrededor de 300, de los miles que existían en el pasado.

Y ahora estamos en su territorio. Pero las probabilidades de encontrarse con uno de ellos son prácticamente nulas. "Verlo sería casi un milagro", me dice Hasan Mansuar, el dueño del barco en el que viaja el equipo de la BBC.

Él ha recorrido estas aguas durante 30 años y en todo ese tiempo, sólo consiguió verlos una vez.

Como cada vez son menos, se están convirtiendo en un animal mitológico.

Los guardias se refieren al tigre de Bengala como "mama", que en bengalí significa "tío". Le temen y lo respetan. Si alguno lo escucha rugir a la distancia, será el tema de conversación de las próximas semanas o incluso meses.

Es el fantasma de la selva. Muchos de los que lo han visto, no han vivido para contarlo.

Los más afectados son los trabajadores bengalíes que recolectan miel. El ataque más frecuente es por la espalda, directo a la espina dorsal o a la cabeza.

Por eso, en algunas zonas del Surdanbans los recolectores de miel usan cascos de metal. Sin embargo, la mayoría trabaja sin protección.

En esta travesía nos acompaña Atiq Rahman, científico miembro del Panel Integubernamental sobre Cambio Climático, organización que este año obtuvo el Premio Nobel de la Paz.

Amenaza silenciosa

"El aumento del nivel del mar pone en riesgo a las especies que habitan esta zona ", me dice Rahman mientras caminamos a través de la reserva forestal Kotka.

Asegura que los niveles de salinidad están aumentando en los ríos que cruzan esta zona, lo que sería una prueba evidente de la penetración del mar en el agua dulce.

Lea: "Nos estamos hundiendo"

"Aquí los animales están atrapados como en un sándwich. Tienen la amenaza del mar por el sur, pero no pueden emigrar hacia el norte por la alta densidad poblacional".

Le digo que pese a los escenarios catastróficos proyectados por algunos científicos, hay otros investigadores que ponen en duda que el cambio climático vaya a generar efectos irreversibles en las próximas décadas.

"No se trata de ser alarmistas. Todo el mundo tiene puestos los ojos sobre nuestras predicciones para apuntar con el dedo cuando alguna afirmación no tenga respaldo, por eso debemos ser muy cautelosos.

"El problema es que muchos de esos científicos escépticos son pagados por el lobby industrial. Su opinión no es independiente", responde Rahman.

Podríamos pasar horas discutiendo sobre las pruebas disponible y la posibilidad de que los ecosistemas generen sus propios sistemas de adaptación frente al cambio climático, pero es hora de regresar al bote que nos llevará al M.V. Aboshor para continuar nuestra travesía por el sur de Bangladesh.

Comienza a caer el Sol. Llegan los mosquitos. Estoy ansiosa por ver una vez más las estrellas en medio de la oscuridad del Sundarbans. No vimos ningún tigre, pero lo que nunca sabremos es si ellos nos observaron desde la profundidad de la selva.

Cecilia Barría
Enviada especial al delta de Sundarbans

fuente: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_7082000/7082798.stm


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