Desde que soy pequeño, siempre he sentido fascinación por la naturaleza y sobre todo por los animales, algo que va más allá de la simple contemplación o de dar una vuelta por el campo. Siempre me he sentido atraido por los paisajes típicos de Andalucía como el monte mediterraneo o las zonas húmedas con vegetación. Al principio sólo miraba, me dedicaba a dar vueltas por el campo cuando no tenía clase; más tarde, centré un poco mi camino y empezé a interesarme un poco más por los reptiles, hasta el punto de que ya sólo salía al campo para anotar en mi cuaderno de campo como iba evolucionando el mundo reptil en mis zonas favoritas.

Un día me compré una cámara, una Zenit 122 concretamente, para poder fotografiar las serpientes que me encontraba. La verdad es que no pensaba pasar de ahí, ni siquiera cambiar de cámara, pero lo cierto es que esta cajita negra cambió radicalmente mi forma de ver la naturaleza. Poco a poco fue creciendo mi ojo, fui mejorando el equipo, fui saliéndome poco a poco de la rutina de fotografiar siempre las mismas especies, empezando con ciertos mamíferos, y siguiendo más tarde con las aves. Esta afición ha ido creciendo en mí desde entonces de una forma tan desmesurada, que hoy día ya no sé salir al campo si no es con una cámara. Ahora, poco a poco, intento mejorar mi nivel en la medida de lo posible.

Una buena parte de mi tiempo libre y de mi sueldo va dedicada exclusivamente a la fotografía. Cuando hago fotos intento no salirme de unos ciertos parámetros que yo mismo me he marcado. No me gusta la fotografía que sólo unos pocos entienden, me gusta más hacer fotos para los demás, que gusten a todo el mundo y sean fáciles de mirar y comprender.

Uno de mis momentos favoritos, sin duda, es apretar el disparador justo después de haber visto una gran imagen por el visor, y sabiendo además, como no, que la imagen que estoy guardando para siempre está siendo registrada en una buena película o en un buen sensor digital. Cuando veo las fotos en la pantalla del ordenador llega mi segundo momento mágico. Normalmente, después de una buena sesión, cuando tengo las fotos que más me gustan de ese dia delante de mis ojos, suelo preguntarme a mí mismo: ¿y esto lo he hecho yo, pero como lo he conseguido? Pero el tercero de mis momentos favoritos es el mejor de todos y os juro que no es por orgullo. Y este momento es cuando los demás me dicen a mí: ¿y esto lo has hecho tu, pero cómo lo has conseguido? Digo que es el mejor momento de todos porque no es sino la culminación de todo el trabajo realizado. Ahora, más que nunca, todo lo que he pasado, los días de observación en el campo, las horas pasando frío y calor en el hide, las esperas, las sesiones sin frutos, las vueltas a casa con las manos vacías, las veces que en casa me he dado cuenta de que una foto que me gustaba mucho en la pantalla de la cámara no sirve para nada... en este momento me doy cuenta de que todo el trabajo realizado ha servido para algo, en definitiva, ha merecido la pena. Y es que no hay mayor recompensa que una simple felicitación, porque hoy día, para destacar en esto, ser bueno no es necesario, es imprescindible.

El resultado de algunas de mis salidas fotográficas al campo lo tenéis aquí, lo único que deseo ahora mismo es que os guste.


- Creditos:

* Finalista XXII Concurso Fotográfico "Día Mundial del Medio Ambiente"
* Finalista XXIII Concurso Fotográfico "Día Mundial del Medio Ambiente"
* Finalista Concurso Trassfoto 2006
* Algunas publicaciones, muy pocas.
* Y nada más, soy aficionado y hago lo que buenamente se y puedo. Bueno, ahora estoy pagando la 30D, y todavia debo algo del flash y del 200-500, eso son créditos, ¿no?

Equipo:
Cámaras reflex digitales, objetivos desde 17 hasta 500 mm, flashes, tripodes, cables, mochilas, hides... vamos, lo qua hace falta normalmente para poder fotografiar los bichejos con cierta "facilidad".